Las radiaciones de frecuencias más bajas, las frecuencias a las que opera la telefonía móvil, no tienen energía suficiente en ningún caso para modificar las moléculas de las células vivas, tan sólo contienen energía para generar calor, pero no producir ionización de la materia. Por lo que se las denomina Radiaciones no ionizantes (RNI), y su interacción con los sistemas vivos no es comparable a la descrita para las RI.