Compatibilidad Electromagnética

 

El espectacular incremento que ha experimentado en los últimos años el uso de equipos eléctricos y electrónicos, ha hecho que también haya aumentado la posibilidad de que unos equipos puedan interferir con otros debido a sus propiedades electromagnéticas. Surge entonces un problema de compatibilidad electromagnética (CEM). Los diferentes voltajes junto con las corrientes que circulan en un sistema producen campos electromagnéticos, que a su vez dan lugar a voltajes y/o corrientes  inducidas no deseadas en otros equipos, es decir, a ruidos o interferencias. La compatibilidad electromagnética de un dispositivo electrónico se puede definir como su habilidad para no introducir alteraciones electromagnéticas que pudieran perturbar por accidente el funcionamiento de un sistema remoto distinto. Cuando un dispositivo interacciona o perturba el funcionamiento de otro, se dice que "que existe acoplamiento entre los sistemas". Este acople entre sistemas puede producirse a través de capacidades o inductancias, por radiación (ondas electromagnéticas), por conducción (conexión directa entre ambos equipos), o por combinaciones de conducción y radiación tal y como se indica en la Figura .

En mayo de 1989 la UE aprobó la directiva 89/336/EEC sobre compatibilidad electromagnética; esto es, la directiva para la operación simultánea y compatible electromagnéticamente de distintos equipos. Esta directiva es de obligado cumplimiento a partir del 1 de enero de 1996 para todos los equipos eléctricos y electrónicos comercializados en cualquiera de los países pertenecientes a la UE. Esta directiva impone el cumplimiento de dos limitaciones esenciales: a) el dispositivo o sistema no puede interferir con el funcionamiento de equipos de radio o telecomunicación (límite de emisión) y b) el propio sistema debe ser inmune a perturbaciones electromagnéticas procedentes de otras fuentes tales como transmisores de RF y otros equipos (límite de inmunidad).

 

Los problemas de compatibilidad electromagnética son muy variados. Así por ejemplo, el ruido eléctrico generado por el sistema de encendido de un automóvil produce interferencias en la radio; un robot puede ejecutar alguna acción fuera de control como consecuencia de la interferencia de un pulso electromagnético, o una interferencia puede perturbar los sistemas de navegación y control de un avión.

 

Un tipo frecuente de interferencia es el producido por campos magnéticos ambientales de frecuencias bajas y densidades iguales o superiores a 1 mT, que pueden afectar al correcto funcionamiento de terminales de ordenadores. Estos campos, que suelen provenir del cableado eléctrico o de los transformadores para el suministro de energía a los edificios, provocan oscilaciones en la imagen de la pantalla que pueden ocasionar serias molestias al usuario. El problema suele resolverse trasladando el puesto de trabajo a una zona de menor inducción magnética. Cuando esto no es factible, los niveles de exposición pueden ser reducidos notablemente mediante sencillas modificaciones de la instalación eléctrica. En algunos casos, sin embargo, ha sido necesario optar por el apantallamiento de las unidades mediante cubiertas de materiales con permeabilidad magnética elevada.

 

En el caso de sujetos portadores de implantes activos, tales como marcapasos o implantes cocleares, un problema de compatibilidad electromagnética puede tener consecuencias particularmente serias. En principio el diseño de estos implantes debería ser inmune a las citadas interferencias, pero la rápida evolución que han conocido algunos sistemas de telecomunicación o determinadas terapias que emplean CEM relativamente intensos, dificulta un avance paralelo en el diseño de estrategias de “inmunidad” electromagnética de los implantes. Por ello, el usuario de sistemas implantados debe, en caso de duda, consultar a su médico sobre la posible susceptibilidad del modelo de implante de que es portador. Asimismo, antes de someterse a terapias o a sistemas de diagnóstico que conlleven una exposición a CEM, estas personas deben informar de su condición de portadoras al personal clínico encargado de suministrar el tratamiento. La siguiente tabla resume algunas condiciones de incompatibilidad que se pueden dar con frecuencia en la vida cotidiana.

 

CONDICIONES FRECUENTES DE INCOMPATIBILIDAD ELECTROMAGNÉTICA