La definición de la estrategia de contención de los
disturbios inicio desde que la alimentación eléctrica se afirmo como
servicio generalizado, esencialmente bajo forma de criterios de conexión de
cargas particulares, cuya tipología se ha ido progresivamente ampliando.
Las normas nacionales (de los países lideres en estos
campos y que fijan criterios validos para ellos) y las internacionales han
seguido la evolución de esta praxis con cierto retardo. Actualmente las
normas internacionales están encarando el encuadre en forma coherente para
todos los disturbios, y se esta procediendo de la siguiente forma:
La diferencia entre los niveles de inmunidad (aparato) y
compatibilidad (ambiente) constituye el margen de inmunidad, o bien el
factor de seguridad que el proyectista asume al coordinar las características
de tolerancia a los disturbios de los aparatos que componen la instalación,
con los niveles de disturbio esperados en la instalación misma.
Los niveles de disturbio ambientales son determinados
también por los aparatos que forman parte de la instalación. Los niveles
de compatibilidad no siempre presentan el mismo significado para baja, media
y alta tensión; mientras que para la baja tensión están siempre ligados
al nivel de inmunidad de los aparatos, en media y alta muy a menudo tienen
un significado de coordinación entre las distintas partes del sistema.
Por otra parte como la emisión del disturbio y la
susceptibilidad de los aparatos varían en tiempo y lugar, el concepto de
compatibilidad electromagnética es de naturaleza estadística.
Además, los valores de compatibilidad que indican las
normas actualmente deben entenderse como valores convencionales de
referencia definidos con el objetivo de asegurar una realista y económica
coordinación entre aparatos emisores y susceptibles (sensibles). La
asignación a los usuarios singulares del máximo nivel de emisión de
disturbio ser derivado de una apropiada repartición del disturbio global
basado sobre un criterio de equidad en relación a los usuarios alimentados
por el sistema eléctrico, y sobre una optimización de los recursos a nivel
de expansión y gestión del sistema mismo.
Dicha repartición deberá tener en cuenta: