COMPATIBILIDAD ELECTROMAGNÉTICA

La definición de la estrategia de contención de los disturbios inicio desde que la alimentación eléctrica se afirmo como servicio generalizado, esencialmente bajo forma de criterios de conexión de cargas particulares, cuya tipología se ha ido progresivamente ampliando.

Las normas nacionales (de los países lideres en estos campos y que fijan criterios validos para ellos) y las internacionales han seguido la evolución de esta praxis con cierto retardo. Actualmente las normas internacionales están encarando el encuadre en forma coherente para todos los disturbios, y se esta procediendo de la siguiente forma:

Definición de ambientes típicos, indicando para cada tipo de disturbio un nivel de compatibilidad entendida como nivel de referencia que tiene cierta probabilidad de ser superado (redes publicas, redes industriales, instalaciones de edificios civiles).
Fijar limites de emisión, es decir los niveles máximos de disturbios que un aparato utilizador puede generar o inyectar en el sistema de alimentación.
Introducir el concepto de inmunidad, que indica el máximo nivel de disturbio que un aparato debe poder soportar sin inconvenientes (traduciendo esta expresión genérica en términos precisos para cada tipo de aparato).

La diferencia entre los niveles de inmunidad (aparato) y compatibilidad (ambiente) constituye el margen de inmunidad, o bien el factor de seguridad que el proyectista asume al coordinar las características de tolerancia a los disturbios de los aparatos que componen la instalación, con los niveles de disturbio esperados en la instalación misma.

Los niveles de disturbio ambientales son determinados también por los aparatos que forman parte de la instalación. Los niveles de compatibilidad no siempre presentan el mismo significado para baja, media y alta tensión; mientras que para la baja tensión están siempre ligados al nivel de inmunidad de los aparatos, en media y alta muy a menudo tienen un significado de coordinación entre las distintas partes del sistema.

Por otra parte como la emisión del disturbio y la susceptibilidad de los aparatos varían en tiempo y lugar, el concepto de compatibilidad electromagnética es de naturaleza estadística.

Además, los valores de compatibilidad que indican las normas actualmente deben entenderse como valores convencionales de referencia definidos con el objetivo de asegurar una realista y económica coordinación entre aparatos emisores y susceptibles (sensibles). La asignación a los usuarios singulares del máximo nivel de emisión de disturbio ser derivado de una apropiada repartición del disturbio global basado sobre un criterio de equidad en relación a los usuarios alimentados por el sistema eléctrico, y sobre una optimización de los recursos a nivel de expansión y gestión del sistema mismo.

Dicha repartición deberá tener en cuenta:

Evolución esperada del sistema de distribución.
Potencia empleada por el simple usuario en relación a la capacidad de alimentación del sistema eléctrico.
Coeficientes de transferencia del disturbio entre distintos puntos del mismo nivel de tensión y entre distintos niveles de tensión del sistema.
Leyes de composición del disturbio total a partir de las emisiones singulares de cada aparato (magnitudes vectoriales, variables casuales, etc.).

A niveles nacionales e internacionales no existen indicaciones exhaustivas relativas a la repartición de los disturbios (de tipo conducido) entre distintos emisores, alimentados desde el sistema eléctrico.