Conclusión |
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La introducción de la electrónica en un gran numero de aplicaciones, y notablemente en los aparatos electrónicos, obliga a tomar en cuenta una nueva dificultad: la compatibilidad electromagnética -CEM- .Asegurar un buen funcionamiento en un medio perturbado y no ser el mismo aparato un perturbador, son los dos imperativos de calidad de los productos. Estos dos imperativos necesitan una comprensión de fenómenos compleja, al nivel de la fuente, los acoplamientos, y a nivel de las "victimas". Obligan a respetar un cierto número de reglas en su confección, la industrialización y la realización de los productos. El lugar de la instalación juega igualmente un gran rol en la CEM. Lo que implica la necesidad de pensar desde los primeros estudios en la disposición arquitectural de los elementos de potencia, los pasos de cables, los blindajes... y, con materiales que tengan una buena CEM, una instalación bien realizada aporta márgenes importantes de compatibilidad. Solo medidas, que necesitan competencias y materiales sofisticados, permiten cuantificar la CEM de los diferentes materiales. El respeto de las normas permite asegurar el buen funcionamiento de un aparato en su entorno electromagnético.
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