6. La pugna entre dos inventores
La Historia está repleta de peleas entre inventores rivales para sacar sus respectivos descubrimientos al mercado. Por ejemplo,Hower y Singer en la máquina de coser, Bell y Gray en el teléfono o Edison y Swan en la bombilla. En muchos casos, el ganador se convirtió en el propietario del nombre y líder de la industria, mientras que el perdedor fue olvidado por la gente.
Con el sistema de sonido direccional la historia parece volver a repetirse una vez más: dos inventores que han fundado sus respectivas empresas, se disputan la nueva tecnología, que, a buen seguro, tendrá un mercado enorme en los próximos años. Hasta ahora, la empresa encargada de vender el producto en Europa, Sony, sólo ha conseguido vender un puñado de estos sistemas para instalaciones especiales en tiendas y otros lugares.
Los dos inventores de los que hablamos son Elwood Norris, fundador de American Technology Corporation (ATC), y F. Joseph Pompei, fundador de los Holosonics Research Labs. Ambos parecen haber explotado el mismo principio científico para crear sistemas de sonido direccional competitivos, insistiendo cada uno en que su versión transformará la acústica.
A pesar de que ambos comparten la misma visión, difícilmente pueden ser personajes más diferentes. Woody Norris es un hombre de la costa oeste americana, de unos 65 años, sin grado de universidad, que consiguió la mayoría de su educación formal trabajando como técnico de radar en en las fuerzas aéreas americanas hace más de 40 años. Este inventor ha hecho una fortuna personal de unos diez millones de dólares inventando dispositivos de audio tales como una línea de grabadores de audio, sistemas de sonido para el coche, una mini-radio del tamaño de una oreja y diversos dispositivos de teléfono. Él ha estado trabajando en lo que llama "sonido hipersónico" durante la última década y dice haber invertido unos 40 millones de dólares en su desarrollo.
En un agudo contraste, Joe Pompei es un empresario de 30 años de la costa este con credenciales educativas impresionantes, pero con un recorrido más modesto como inventor. Su sistema Audio Spotlight es su mayor logro. En el instituto y la universidad, mientras trabajaba a tiempo parcial para Bose, un fabricante de altavoces, tomó nota de las limitaciones que ofrecían los altavoces tradicionales. Sin embargo, los ejecutivos de la empresa no estaban interesados en lo que decía un chico de 20 años acerca del futuro del sonido. Después de convertirse en Ingeniero Electrónico, continuó con un máster en psicoacústica. Él dice que fue entonces, a mediados de los 90, cuando tuvo la idea de emplear ultrasonidos para producir sonido audible, lo cual le llevó a ser calificado como un científico loco. La demostración del principio básico de su idea fue realizada en el MIT Media Laboratory, mientras completaba el doctorado, en 2002. Así, posteriormente, Pompei creó la compañía Holosonics con sólo unos miles de dólares de su propio dinero obtenido de la remuneración de la investigación realizada.
Las tecnologías y visiones de ambos inventores son llamativamente similares. Por tanto, es muy probable que las diferencias en sus personalidades, contexto social, y tácticas de empleo sean factores críticos para decidir quién es el primero en superar las barreras, incluyendo altos costes, carencia de estándares de producción masiva y fallos de funcionamiento, que se encuentran entre ellos y los mercados lucrativos que visionan, asegurando un lugar en la historia.
Una cosa que Norris y Pompei tienen en común es que rápidamente entendieron que la idea de sonido direccional seguía un camino que otros habían tratado previamente. Norris dice que obtuvo por primera vez la idea de lo que se ha convertido hoy en día en su Hypersonic Sound System al final de los 70. Él había obtenido algún dinero vendiendo uno de sus primeros inventos y estaba deseoso de crear uno nuevo que fuera revolucionario. Sin embargo, no fue el primero que tuvo la idea del sistema de sonido hipersónico ya que, tras consultar antiguas patentes y publicaciones, descubrió que en los últimos cincuenta años ese campo ya se había pisado. Por otro lado, la investigación que realizó Pompei reveló que las mayores empresas japonesas habían tratado este concepto a principios de los 80, pero abandonaron su búsqueda, sospechando que el sistema produciría un sonido muy distorsionado o requeriría mucha potencia para cualquier aplicación. Ambos inventores creen haber resuelto la mayoría de los problemas que planteaban sus predecesores. Cada uno de sus sistemas contiene un procesador de señales, un amplificador y un dispositivo con forma de plato que emite haces de ultrasonido.
Los caminos de ambos inventores convergen en una guerra por el mercado, de la que ya se ha librado alguna batalla. Por ejemplo, en la automoción. En 2001, cuando el Audio Spotlight formaba parte de un proyecto del MIT Media Lab, el fabricante Daimler-Chrysler incorporó un prototipo en un concept car, con transductores colocados sobre cada uno de los cuatro asientos. Funcionalmente iba bien, pero había un problema: los haces rebotarían en los asientos y otras superficies, interfiriendo en las distintas zonas. Debido a esa desventaja y al alto coste del sistema, el fabricante de coches no siguió desarrollando el prototipo. Sin embargo, en 2003, la empresa fabricante de coches se puso en contacto con Norris, obteniendo su empresa, ATC, unos mejores resultados que la de Pompei, pero sin llegar a convencer tampoco a Daimler-Chrysler para montar el sistema en sus vehículos, ni haber planes inmediatos para ello. Empate a 0. Ya veremos qué ocurre en los próximos años.