PREDICCIÓN DE TERREMOTOS
La predicción
como resultado de la comprensión de un proceso de la naturaleza es una de las
metas de toda ciencia. La sismología no es ajena a estas aspiraciones y en la
actualidad se realizan intensos esfuerzos por desarrollar una metodología
confiable que pueda emplearse con éxito en el futuro.
Existen esencialmente dos maneras de atacar el problema. En
una de ellas se estudia la variación de ciertos parámetros físicos debido a la
acumulación de los esfuerzos cuya relajación ocasiona el temblor. Así, por
ejemplo, se ha observado que la región focal sufre una dilatación que altera la
velocidad de las ondas que se propagan en ella. Otros de los parámetros que se
alteran son, por ejemplo, la resistencia del terreno al paso de la corriente
eléctrica y la posición del nivel de las aguas subterráneas. También se producen
cambios en el valor de la gravedad del terreno así como cambios topográficos.
Todos estos factores pueden ser medidos y correlacionados con la ocurrencia
final de un temblor.
A la vez, se estudian también los aspectos empíricos de la
ocurrencia de temblores en las zonas sísmicas. Se ha observado, por ejemplo, que
los epicentros a lo largo de una zona de subducción no se distribuyen al azar
sino siguiendo un patrón geográfico y temporal. Puede entonces estudiarse la
historia sísmica de una región, estimar los períodos de recurrencia de temblores
de cierta magnitud y evaluar, de esta manera, la posibilidad de ocurrencia de un
nuevo sismo.
Este breve bosquejo trata solamente de poner de manifiesto
que los sismólogos actuales se encuentran trabajando sobre bases científicas,
para lograr en un futuro la predicción de temblores; pero es conveniente saber
que no ha podido lograrse aun una metodología confiable para precisar el lugar,
la fecha y la magnitud de un temblor.