TSUNAMIS
Un TSUNAMI (del japonés TSU: puerto o bahía, NAMI: ola) es una ola o serie de olas que se producen en una masa de agua al ser empujada violentamente por una fuerza que la desplaza verticalmente. Este término fue adoptado en un congreso de 1963. Antiguamente se les llamaba marejadas, maremotos u ondas sísmicas marinas, pero estos términos han ido quedando obsoletos.
Terremotos, volcanes, meteoritos, derrumbes costeros o subterráneos e incluso explosiones de gran magnitud pueden generar un tsunami. Para que un terremoto origine un tsunami el fondo marino debe ser movido abruptamente en sentido vertical, de modo que el océano es impulsado fuera de su equilibrio normal. Cuando esta inmensa masa de agua trata de recuperar su equilibrio, se generan las olas. El tamaño del tsunami estará determinado por la magnitud de la deformación vertical del fondo marino. No todos los terremotos generan tsunamis, sino sólo aquellos de magnitud considerable, que ocurren bajo el lecho marino y que son capaces de deformarlo.
En un tsunami el brusco movimiento del
agua desde la profundidad genera un efecto de latigazo hacia la superficie que
es capaz de lograr olas de magnitud impensable. Los análisis matemáticos indican
que la velocidad es igual a la raíz cuadrada del producto entre la fuerza de
gravedad (9,8 m/s2) y la profundidad. Para tener una idea tomemos la profundidad
habitual del Océano Pacífico, que es de 4.000 m., nos daría una ola que podría
moverse a 200 m/s, o sea a 700 km/h. Y como las olas pierden su fuerza en
relación inversa a su tamaño, al tener 4.000 m puede viajar a miles de
kilómetros de distancia sin perder mucha fuerza.
Sólo cuando llegan a la costa comienzan a perder velocidad, al disminuir la
profundidad del océano. La altura de las olas, sin embargo, puede incrementarse
hasta superar los 30 metros (lo habitual es una altura de 6 o 7 m).
Si bien cualquier océano puede experimentar un tsunami, es más frecuente que ocurran en el Océano Pacífico, cuyas márgenes son más comúnmente asiento de terremotos de magnitudes considerables (especialmente las costas de Chile y Perú y Japón). Además el tipo de falla que ocurre entre las placas de Nazca y Sudamericana, de subducción, esto es que una placa se va deslizando bajo la otra, hacen más propicia la deformidad del fondo marino y la aparición de tsunamis. A pesar de lo dicho anteriormente, han ocurrido tsunamis devastadores en los Océanos Atlánticos e Indico, así como el Mar Mediterráneo.
Sistema de detección de tsunamis
Se basa
en un sensor de presión colocado en el fondo del océano. Cuando pasa la
ola del tsunami por encima de él, detecta el exceso de presión y se lo
comunica por medio de ondas de radio a una boya de superficie. La boya
de superficie transmite la información vía satélite a una estación base
que alertará a las autoridades para que tomen las medidas necesarias
para poder evacuar a la población en el menor plazo de tiempo posible. El funcionamiento de todo el sistema lo podemos ver en el siguiente flash: |