5.1. Ventajas
1) Alivio del estrés y la ansiedad
2) Mejora de la concentración
3) Mejora de la creatividad
4) Mejora de la visión (física, mental y espiritual)
5) Equilibrio de los hemisferios cerebrales
6) Restablecimiento del equilibrio del sistema endocrino mediante la vibración de la hipófisis o pituitaria
7) Alivio de la sinusitis y los dolores de cabeza
8) Estímulo de la actividad de las ondas alfa o meditación profunda
9) Aumento de la energía por medio de la estimulación del líquido cefalorraquídeo.
10) Limpieza del entorno. El Canto de Armónicos/Canto Difónico.
5.2.- Inconvenientes
Las notas altas, agudas,
actúan preferentemente sobre las contracturas musculares, se propagan
rápidamente en el espacio aunque en distancias cortas, actúan
fuertemente sobre el sistema nervioso, constituyen una señal de
alerta y aumenta los reflejos, al mismo tiempo que nos ayudan a despertarnos
o sacarnos de un estado de cansancio o agotamiento.
En el sentido negativo, tendremos en cuenta que también
pueden dañar si son muy altas e incluso producir descontrol y alteraciones
de los impulsos nerviosos.
Las notas bajas, graves, no parece que tengan influencia sobre las terminaciones nerviosas y su efecto es más mecánico, por lo que tienen mayor influencia sobre las zonas corporales huecas, como los pulmones, corazón y abdomen, quizá porque son lugares idóneos para las resonancias.
Las notas graves se perciben mal en distancias cortas, por lo que su efecto inmediato es difícil de medir, aunque son capaces de ser audibles en muchos Km. a la redonda. Su efecto mecánico es tan poderoso que puede resquebrajar muros, carreteras, terrenos, y actuar con un efecto vibratorio muy intenso en cualquier cuerpo sólido. Terapéuticamente tienden a producir efectos sombríos, visión pesimista del futuro y tranquilidad extrema.
La cadencia de las notas musicales, graves o agudas, es el segundo factor en importancia y así tenemos que, mientras que los ritmos lentos inducen a la paz, los rápidos invitan al movimiento y a exteriorizar los sentimientos.
El tercer y último elemento musical es la intensidad, la cual indudablemente ha ocupado en nuestro siglo una preponderancia quizá aún mayor que las otras dos, a causa de los potentes equipos de sonido. Cualquiera de los otros dos efectos, cadencia o frecuencia, produce efectos mucho menores que la intensidad del volumen, hasta el punto de que una nota o partitura que en sí es tranquilizante puede volverse irritante si el volumen es más alto que lo que esa persona puede soportar.
Las notas agudas de alto volumen, sin embargo constituyen una llamada de alerta, una nota de atención vigorosa, nos despierta del sueño con rapidez, eso puede irritarnos y excitarnos. Se usaría para movilizar a grandes masas ya que esos sonidos inducen a la acción. Los equipararíamos con la sirena de las fabricas, o portuarias, el sonido de las trompetas del ejercito, el grito desgarrado de un niño. Son sonidos sobrecogedores. Los instrumentales serian La guitarra eléctrica, la trompeta y los platillos de la batería, el ulular del viento de tormenta.
Las notas agudas a alto volumen y muy rápidas, son aquellas que influyen de forma más rápida y directa hacia las personas proyectándolas hacia la acción. Nos invitan al movimiento corporal, nos predisponen a mezclarnos con grupos de gente y casi nos obligan a seguir una dirección determinada. Emocionalmente mejora la apatía, la debilidad de carácter y los complejos. Tiene un efecto muy perjudicial en el oído, son irritantes del sistema nervioso hasta el punto de descontrolarnos, aumentan la agresividad y perjudican las relaciones sociales íntimas y personalizadas. La batería, los solistas de música rock. La caída del agua de una gran cascada, el desbordamiento de un río o un enjambre de cigarras.
Notas graves a fuerte volumen,
son notas intimidatorias, que obligan a detenerse ante la presunción
del peligro. Nos producen miedo, o al menos prudencia, y nos invitan a
movernos con extrema lentitud. Se emplea generalmente para infundir pánico
y para obligar a la reflexión inmediata a personas muy agresivas.
Ejemplos: los timbales (muy utilizados en el ejército), el saxo
y el trombón. En la naturaleza encontramos las avalanchas de tierra
y nieve, los movimientos sísmicos, el trueno,
el rugir de un animal salvaje o en el
estallido de un volcán en erupción.
Una explosión, un tornado o un maremoto.
Si la cadencia es muy rápida, como una manada
en estampida, una ametralladora
o cientos de personas corriendo, el efecto de pánico puede ser incontrolable.