A principios de los años 70 tres científicos constataron que una
radiación modulada a 147 Mhz y una intensidad de campo de sólamente 1
miliWatio/cm2 y a unas frecuencias de modulación concretas, era capaz de
alterar fuertemente el EEG de un gato. Posteriormente, uno de ellos constató
que los cerebros de pollos sometidos a una radiación de 147 Mhz y modulaciones
entre 6 y 20 Hz aumentaban el flujo de calcio hasta un 20%. Los máximos efectos
se daban a 16 Hz: entre 0,1 y 1,0 mw/cm2, el flujo de calcio aumentaba de forma
significativa, mientras que de 0,5 a 5,0 mW/cm2 se reducía significativamente.
El flujo de calcio, potasio e iones de sodio a través de las
membranas celulares es importante para las funciones de la célula así como para
la transmisión de mensajes entre las células. Diversos estudios han mostrado
que ELF y RF pueden tener una influencia en el movimiento de estos iones a
través de la membrana celular. Éstos han sido comprobados a varios niveles de
la exposición (0.2-200 W/Kg) y frecuencias que van de 27 MHz a 10 GHz.
Se ha comprobado en un experimento realizado con voluntarios, que después de estar sometidos durante 15 a 20 minutos a una radiación de alta frecuencia de 217 Hertzios, aparecen unos picos y curvas en el EEG (Electroencefalograma), que hasta ahora ningún médico había observado. También se pudo observar que estos picos, producidos como reacción del cerebro, seguían manifestándose, incluso mucho después de haber desconectado la radiofrecuencia. En algunas de las personas sometidas a la prueba, se pudo observar alteraciones de las ondas cerebrales después de transcurridas 24 horas e incluso más.
Sin embargo realizando los mismos experimentos con campos no
pulsantes, no se pudo constatar ningún efecto.
2. Efectos en los Ritmos Biológicos
Unos primeros estudios experimentales con ratas y hámsters señalaron la posibilidad de que la exposición a campos electromagnéticos impidiera el aumento nocturno normal en la secreción de melatonina. Otros estudios sobre el mismo tema sugieren que los cambios del funcionamiento de la glándula pineal en ratones y ratas expuestos a CEM son además sensibles a la oscilación de los campos. Como contrapunto conviene mencionar que estudios posteriores, realizados sobre ovejas que vivían bajo una línea eléctrica de 500 kV y primates (mandriles), expuestos a distintos CEM de intensidades entre 50 y 100 mT, no han demostrado que se modifique la secreción de melatonina, ni que se produzca efecto alguno ligado a ella. Estas discrepancias pueden deberse bien al modelo animal utilizado, bien a que las condiciones de exposición en el laboratorio sean sustancialmente diferentes de las reales usadas en los experimentos sobre ovejas. Resultados en trabajadores expuestos crónicamente a CEM intensos y en voluntarios expuestos a distintos niveles de inducción magnética (1 y 20 mT) durante una noche, han proporcionado resultados dispares debidos, en parte, a diferencias metodológicas. En su conjunto, los estudios no han proporcionado evidencias consistentes de cambios irreversibles o significativos en los niveles de melatonina. Esto vendría a apoyar la idea de que el modelo animal y la metodología experimental empleada pueden resultar fundamentales en la detección de los efectos.
En definitiva, parece evidente que bajo determinadas circunstancias
experimentales los CEM por encima de determinados valores de intensidad pueden
alterar el reloj biológico en mamíferos. No obstante, es difícil extrapolar las posibles consecuencias que estos
resultados pueden suponer para la salud.
3.
Efectos
sobre el comportamiento
Se realizaron unos experimentos con animales, en los que se pudo
observar cambios en el comportamiento de los mismos por debajo de los efectos
térmicos, a partir de aproximadamente 0,01 mW/cm2. En estos experimentos se
comprobó repetidamente que el efecto biológico de las radiaciones pulsantes de
alta frecuencia es mucho mayor que el de las mismas radiaciones no-pulsantes.
Así mismo, un investigador (1988) informa sobre los efectos de
microondas pulsantes sobre la actitud de huida de los animales, a partir de 0,2
mW/cm2. Otros investigadores del comportamiento sostienen la tesis de que la
capacidad de retentiva o memoria puede verse afectada por las pulsaciones de
alta frecuencia descritas. Algunos estudios han usado ratas expuestas a RF en
las cuales se pudo constatar que realizaron peor tareas de memoria espaciales.
Se ha sugerido que éstos puedan relacionarse a los cambios bioquímicos en el
sistema de opioides (el control de dolor) que se ha observado a RF de 2450 Hz a
0.6 W/Kg o 10 W/m2 . También se constató que los campos de microondas de bajo
nivel (2450 MHz a 10 W/m2) han causado los efectos sinérgicos con drogas
psicoactivas (Thomas el al del et. 1979, como citado en RSC, 1999).
4.
Formación
de tumores
A pesar de que todavía se conoce poco sobre
las causas de cánceres específicos, se comprenden lo suficientemente bien los
mecanismos de la carcinogénesis como para que los estudios celulares y en
animales puedan proporcionar información relevante para determinar si un
agente, como por ejemplo los CEM, causa cáncer o contribuye a su desarrollo.
Actualmente, la evidencia clínica y experimental indica que la carcinogénesis
es un proceso que consta de varias fases, y está causado por una serie de daños
en el material genético de las células. Este modelo es conocido como "de
carcinogénesis de múltiples etapas". Dichas etapas son las siguientes:
INICIACIÓN, como consecuencia de una serie de daños en el material genético
de las células, provocados por agentes llamados genotóxicos, y que conducen a
la conversión de células normales en células precancerosas.
PROMOCIÓN, que convierte las células precancerosas en cancerosas, al impedir,
por ejemplo, la reparación del daño genético, o al hacer a la célula más
vulnerable a otros agentes genotóxicos, o al estimular la división exagerada y
sin control de una célula dañada.
PROGRESIÓN, que se refiere al desarrollo del tumor propiamente y de su
potencial para provocar metástasis en otras zonas del organismo.
Al realizarse unos experimentos en células y también en animales
vivos se pudo probar que las radiaciones de alta frecuencia pueden causar
posiblemente cáncer. Según el INFORME NCRP de 1986, las ratas presentan un
incremento de tumoraciones si son expuestas a radiaciones de microondas
pulsantes (2,45 Ghz) con 0,5 mW/cm2. En el caso de los experimentos con
cultivos celulares, realizados a 2,45 Ghz, se puede observar un incremento de 3,5 veces de la tasa de
transformación.
Otros expertos pudieron constatar en sus experimentos con cultivos
de levaduras que se producían fuertes variaciones en la tasa de división
celular, tanto aceleraciones como retrasos de la división, los cuales dependían
en una gran medida de la frecuencia utilizada, y de la que eran un efecto de
resonancia. También parecen producirse efectos mutágenos a densidades de flujo
inferiores a los efectos térmicos, comprobándose que el ADN absorbe la
radiación de alta frecuencia
Así mismo otros científicos pudieron observar un incremento en la síntesis del ADN.
Un caso especial es el caso del aumento de la
leucemia infantil como revela un estudio hecho por un doctor. Este estudio
muestra de forma concluyente que la electrificación doméstica durante el último
siglo provocó un ascenso de la leucemia infantil en niños de edades entre 2 y 4
años. Las cifras de leucemia infantil subieron en proporción directa al
porcentaje de reticulación eléctrica.
Un estudio publicado en 1998 muestra que en Nueva Zelanda, para
caso de niños con campos magnéticos en su dormitorio de 2 mG o más, la tasa de
leucemia es 12 veces mayor que la media. Cuando se aplicó la media diaria de
intensidad del campo magnético, las tasas relativas de leucemia fueron desde
1,0 para campos menores de 1 mG, a 1,5 para 1-2 mG y hasta 3,3 para 2mG. Otros
estudios muestran que cuanto más cerca vivas de líneas de alta tensión más se
elevan las cifras de cáncer infantil.
Recientemente se ha detectado una posible relación entre la
exposición a CEM y un aumento del cáncer de mama en los hombres así se sabe que
con excepción de poblaciones negras, el cáncer de mama masculino es poco
frecuente, con un porcentaje de apenas
el 1 % de los tumores malignos del varón, y en E.E.U.U. se ha descrito una
incidencia anual ajustada por edades de 11100.000 varones. Se ha observado que
la incidencia es mayor en los países occidentales, mientras que los valores
mínimos corresponden a zonas asiáticas.
El cáncer de mama es histológicamente similar en varones y mujeres
y juegan algunos factores comunes, como la historia familiar y la exposición a
radiaciones ionizantes. Aunque se puede sugerir que sea la misma enfermedad en
varones y mujeres, quizá un efecto directo de los C.E.M. sobre la proliferación
celular pueda actuar en ambos sexos, en tanto que los mecanismos ligados a
factores hormonales pueden ser diferentes en uno y otro sexo, por lo que se
requieren más estudios en este sentido.
Otro estudio realizado por dos científicos sobre trabajadores noruegos de industrias
eléctricas expuestos a C.E.M., observaban una razón de incidencia elevada, en
relación con tasas de incidencia nacional de población masculina activa, para
cáncer de mama. Los resultados sugerían que la posible asociación entre esas
ocupaciones y el riesgo de cáncer de mama era mayor en actividades ligadas al
transporte de energía eléctrica, pero con pequeño número de casos que limitaba
la validez estadística.
Se realizaron estudios para hallar la relación entre el cáncer de
mama en mujeres y C.E.M. se han realizado dos estudios de exposición
residencial a C.E.M. Dos científicos en Colorado, encontraron efectivamente un
aumento de riesgo, especialmente en mujeres por debajo de 55 años de edad, en
tanto que otro científico no encontró relación alguna.
La decarboxilasa de
Ornitina (ODC) es una enzima que se relaciona con el crecimiento celular y
desarrollo. Hay una correlación entre los niveles aumentados de ODC y un
aumento en el crecimiento celular y multiplicación de células normales o
cancerosas. Se ha demostrado que un aumento pequeño de actividad de ODC ocurre
tanto en cultivos celulares como en animales expuestos a varias ondas
electromagnéticas. Una a cuatro horas de exposición a frecuencias de radio
moduladas de 450 MHz a un SAR de 0.08 W/Kg producían un 1.5 - 2.6 de aumento en
el nivel de ODC (RSC, 1999). La Sociedad Real de Canadá hace notar que las
células de mamífero y pueden ser sensibles a exposiciones de componentes
magnéticos de baja frecuencia, microondas y RF a SARs de entre 0.1 a 2.5 W/Kg,
y esto efectos puede ocurrir en menos de una hora de exposición.
5.
Sistema
inmunitario
Otros estudios muestran los efectos de las altas frecuencias sobre
el sistema inmunológico. En ellos se pueden ver efectos consistentes en. una
estimulación o una inhibición del sistema. Así se indicaron los siguientes
parámetros:
- A partir de 1mW/cm2 en experimentos con cultivos celulares se
encuentran alteraciones en los valores de linfocitos y granulocitos, en
relación con efectos ventana.
- Entre 1 y 5 mW/cm2 en experimentos con animales, se constatan
alteraciones en el nivel de anticuerpos y en la actividad macrófaga.
- En experimentos con animales a largo plazo (de 1 a 3 meses), es
suficiente 0,5 mW/cm2 para desencadenar efectos en el nivel de los anticuerpos
y en las cifras de los granulocitos.
Así se habla de una
reacción bifásica del sistema inmunológico expuesto a radiación de alta
frecuencia: Se pudo comprobar que después de una primera exposición única o de
varios días seguidos de exposición, se produce una estimulación del sistema
inmunológico hormonal. Si esta exposición a altas frecuencias se mantiene
durante algunos meses, o si aumenta l a intensidad aumenta, se produce una
paulatina inhibición - si bien reversible - del sistema inmunitario.
También se sabe de efectos de la radiación de alta frecuencia sobre
los neuropéptidos, que a su vez,
produce efectos neuroendocrinos y trastornos en la conducta. Algún científico
llega a afirmar que la radiación de alta frecuencia afecta a la red
sicoinmunoendocrina, la cual vincula estrechamente la conducta con el sistema
nervioso central y las estructuras neuroendocrinas.
Otros estudios revelaron que la reacción inmunológica de las
células sometidas a campos pulsantes o alternos queda reducida en un 90 por
ciento.
6.
Efectos
sobre el aborto
A través de la investigación se pudo hallar una relación entre los
abortos y los campos electromagnéticos , al poder comprobar que había un
incremento del 73% en la aparición de abortos espontáneos en las mujeres que
utilizaban pantallas de TV alrededor de 20 horas por semana durante el primer
trimestre de embarazo. También se encontró un aumento de malformaciones
congénitas, pero no era estadísticamente significativo.
Sin embargo, en el uso de las pantallas de ordenador no se pudo
encontrar ninguna relación entre abortos y la exposición a campos
electromagnéticos. Así, en 1991, el Instituto de Seguridad e Higiene en el
Trabajo de Atlanta, Georgia, publicó un estudio que comparaba los efectos de
los campos magnéticos en operadoras telefónicas embarazadas que utilizaban
monitores de rayos catódicos con otras embarazadas que utilizaban otro tipo de
displays como LEDS, etc. Mediante el estudio no se logró encontrara ninguna
relación entre abortos espontáneos y número de horas trabajadas en el terminal
de ordenador. Un análisis posterior mostró que en ambos casos la exposición
media a un cierto tipo de campo electromagnético de baja frecuencia era el
mismo en ambos casos.
Otro estudio sobre video- displays
eliminaba el problema de discernir grupos de referencia y de riesgo,
este estudio fue publicado en 1992 en Helsinki por el Instituto de Seguridad e
Higiene en el Trabajo de Finlandia. En el estudio se comparaban exposiciones
ante campos magnéticos producidos por terminales de vídeo, se pudo observar que
las mujeres embarazadas expuestas a campos de 0.3 microteslas tenían 3 veces
mayor riesgo de sufrir abortos espontáneos que las embarazadas expuestas a 0.1
microteslas. Las embarazadas que estaban expuestas a campos entre 0.2 y 0.3
microteslas tenían dobles de riesgo de aborto espontáneo. En este caso la
duración de la exposición no tenía un efecto añadido importante.
7.
Efectos
sobre el sueño
Unos científicos de la Clínica Psiquiátrica de la Universidad
Gutenberg de Maguncia, hicieron un experimento muy interesante: dejaron
emitiendo toda una noche un teléfono móvil al lado del sujeto experimental, el
efecto de este experimento fue la reducción
las fases REM, es decir, la fase de sueños intensos. Las fases REM son
muy importantes para la elaboración de la información por al cerebro,
especialmente en lo referente a nuevas vivencias.
8. Efectos en el Sistema Nervioso central
Durante los años cincuenta se realizó un estudio en la Unión
Soviética durante los años cincuenta que sugería que la radiación de microondas
(el MW) podría tener un efecto en el cerebro. Estos resultados no se han podido
reproducir posteriormente. Al ser el cerebro la parte más activa del cuerpo
eléctricamente se puede suponer que los
microondas pudieran inducir efectos dentro del sistema nervioso central.
Existen casos en los que hay una correlación entre un efecto
biológico y una condición clínica. Por ejemplo, en la enfermedad de Alzheimer
una pérdida de acetilcolina conduce a deterioro de memoria y cognoscitivos.
Existe evidencia que permite sugerir que la radiación del MW puede influir en
las enzimas del colinesterasa. La Sociedad Real de Canadá explica que
actualmente, los datos son insuficientes como para mostrar una relación entre
la exposición del MW y Alzheimer o las enfermedades relacionadas . También concluye
que no hay evidencias para apoyar una relación entre RF y convulsiones o
epilepsia.
Mecanismos de Acción
Algunos de los efectos de ondas electromagnéticas, incluso RF, no
dependen de un aumento en la temperatura (RSC, 1999). Hay similitudes en
frecuencias sumamente bajas (el ELF) en los efectos en el flujo de ion de
calcio celular, actividad de ODC, y actividad del comportamiento al
relacionados al sistema de opioides y aquéllos observados con los campos de RF.
9.
Estrés
En un estudio se midió la actividad con un analizador de imagen
para la conducta animal integrado en un ordenador con este aparato se realizaron medidas de la actividad global de
los animales (5 a la vez) durante 18 días seguidos (autocontroles) y 12 días
seguidos bajo la influencia de un teléfono móvil.
El teléfono, completamente silenciado, fue
activado a distancia por un dispositivo mecánico que fue construido para ese
modelo y estando gobernado por otro ordenador. En total el teléfono emitió 15
llamadas de 90 segundos de duración cada una por ciclo diario (en periodos de
30 minutos desde las 23 horas hasta las 6 horas), coincidiendo con el periodo
nocturno que es la fase de máxima actividad del grupo autocontrol.
Se pudo observar un marcado cambio en el ritmo circadiano de los
animales. Este cambio o rotura del ciclo no afectaron a la actividad motora
general que queda invariable teniendo 83.000 movimientos de media en ambos
casos y diferencia no significativa .
Así también se realizaron pruebas durante el periodo diurno, los
animales sometidos al influjo del teléfono, están posiblemente más estresados,
con presencia de una mayor actividad. De igual modo, durante el periodo
nocturno, esta actividad desciende drásticamente a valores muy por debajo de la
de control, tienen afectado el ritmo diario debido a la presencia de la antena
del móvil (por las diferencias del ritmo con el autocontrol
En el estudio las dosis que los ratones recibían eran similares a
las que recibe un usuario medio. A pesar de que son seres muy diferentes lo importante del estudio es la comprobación
de que el estrés se produjo de forma inmediata al recibir las llamadas y que no
desapareció al eliminar la radiación. Los resultados se pueden extrapolar al
ser humano usando factores de peso y escala, y se puede ver el efecto sobre el
sistema nervioso.