Existen numerosos
estudios sobre campos de frecuencia industrial y de radiofrecuencia en relación
con la genotoxicidad, que incluyen unos 150 test distintos de actividad
genotóxica. Estos análisis son mayoritariamente negativos, a pesar del hecho de
que muchos han utilizado intensidades de campo muy elevadas. De los estudios
que muestran indicios de genotoxicidad, la mayoría contienen una mezcla de
resultados positivos y negativos, o resultados ambiguos. Como la mayoría de
estas publicaciones contienen muchos subestudios, la presencia de algunos datos
con resultados positivos o mixtos es explicable por simple azar. Ninguno de los
resultados positivos obtenidos en experimentos con animales ha sido replicado.
Muchos de los trabajos que han reportado resultados positivos han utilizado
condiciones de exposición (por ejemplo, descargas eléctricas, campos pulsados,
campos de 20.000 mT
y superiores) que son muy diferentes de las que se encuentran en la vida real.
Por último, no hay ninguna evidencia replicada de que los
campos de frecuencia industrial sean promotores o co-promotores, y los pocos
estudios que han mostrado pruebas de promoción han utilizado intensidades de
campos muy por encima de las que se encuentran en la vida real.
Un
número grande de estudios ha investigado el potencial de campos de RF para
causar daño a los genes. Éstos no han dado resultados positivos consistentes
.Un reciente estudio realizado por dos científicos en el año 95 mostró daño del
ADN en el cerebro de ratas expuestas a ondas a 2450 MHz, sin embargo estos
resultados no se han corroborado. Algunos ensayos de transformación celulares sugieren
que los campos de RF puedan ser sinérgicos en combinación con otros agentes
conocidos o promotores .
En
los países del Este Europeo, existen cerca de 80 clínicas que desde hace años
aplican los efectos no térmicos de la radiación de alta frecuencia con fines
terapéuticos, por ejemplo en los tratamientos de infarto, tensión arterial
alta, asma o también en las depresiones. Para ello se utilizan densidades de
flujo de no más de 1mW/cm2, que a menudo se aplican a pequeñas superficies de
unos pocos milímetros cuadrados. La irradiación de determinados puntos de
acupuntura consigue el nivel de Interferón de enfermos de cáncer aumente desde
un 40 hasta un 60%. También se emplea con éxito para el tratamiento de heridas
y en ortopedia.Se usa también en rehabilitación muscular calentando los tejidos
interiores.
Se sospecha que el vehículo de producción del
efecto es el efecto dipolo de las moléculas orgánicas, que las hace orientarse
y girar bajo un campo eléctrico. Se han podido observar principalmente efectos
en el mecanismo de transporte del sodio y el potasio a través de la membrana.
Según
otro científico, la terapia de resonancia por microondas (MRT) obtiene los
mayores efectos para rangos de
frecuencias de 40 a 80 Ghz.
Aparte
de estos efectos se están llevando a cabo ciertas investigaciones con el
propósito de poder constatar los efectos que pueden producir las crecientes
redes de telecomunicaciones. Así una prueba
consistió en someter a una radiación de alta frecuencia la cabeza de
unos voluntarios, con modulación pulsante de baja frecuencia, que es como la
que se puede hallar en un radio de un kilómetro de una estación emisora de
telefonía móvil.
Las
densidades de flujo utilizadas eran aproximadamente de un milésima del valor
mínimo de la norma DIN VDE 0848. Un investigador pudo comprobar que se dio una
alteración fuerte y reproducible de los correspondientes EEG. Así una alta
frecuencia modulada a 217 Hz modificó las ondas de 10 Hz del EEG. Esto demuestra
que la frecuencia pulsante de los teléfonos digitales tiene un efecto biológico
en el hombre. Así mismo existen ciertos indicios de que la impresión periódica a baja frecuencia de un determinado
esquema o modelo, es almacenado como información por los sistemas biológicos,
que lo conservan aún después de haber cesado la exposición
También se sospecha que existen mayores efectos en el ojo
debido a radio o microondas que se deben
a la posibilidad limitada para disipar el calor, así que el ojo es un órgano que puede sobreexponerse
fácilmente a esas ondas. Se han unido
las exposiciones altas a efectos adversos en la retina, lente, lirio, y córnea,
incluso al desarrollo de cataratas. Los experimentos en animales han mostrado
efectos para RF de 2450 Hz (continuo y pulsó) a SAR de 5.3 a 7 W/Kg.