Según la mayoría de los artículos, los campos de
radiofrecuencias, y en particular las frecuencias utilizadas por los teléfonos
móviles, no son genotóxicas: no inducen efectos genéticos in vitro [en
cultivos celulares] e in vivo [en animales], por lo menos bajo
condiciones no térmicas [condiciones que no producen calentamiento], y no
parecen ser teratogénicas [causar malformaciones congénitas] o inducir cáncer.
Podría haber, únicamente, sutiles efectos indirectos en la replicación y/o
transcripción de los genes bajo condiciones de exposición relativamente
restringidas que se alejan de las condiciones reales.
Puede decirse como conclusión que, en general,
los estudios de promoción del cáncer a las intensidades encontradas en la vida
real no han demostrado que los CEM “no ionizantes” sean agentes o promotores
del proceso cancerígeno.
Los primeros móviles analógicos trabajaban en la banda de 450
MHz. Los primeros móviles GSM trabajaban en la banda de 900 MHz, y actualmente
se ha habilitado una banda más en 1.800 MHz. La telefonía móvil de tercera
generación (UMTS) funcionará inicialmente en la banda de 2.100 MHz. La
profundidad a la que penetran las ondas en el cuerpo humano depende de la
frecuencia.
Las señales de frecuencia más baja (del orden de kHz)pueden atravesar el cuerpo humano como si éste fuera transparente, con lo que no hay energía que se disipe en el cuerpo y los efectos de la radiación son despreciables. Sin embargo a frecuencias más altas, la radiación comienza a ser absorbida por los tejidos, y para la frecuencia de trabajo de los móviles, casi la totalidad de la energía es absorbida en unos pocos centímetros de profundidad a partir de la piel. Esta energía absorbida se convierte en calor, con lo que se produce el calentamiento de los tejidos expuestos. A mayor potencia de la señal incidente, tanto mayor es el calentamiento de los tejidos. Puesto que los tejidos son extremadamente sensibles a los incrementos de temperatura, las células comienzan a morir a partir de los 42ºC, y se produce un gran índice de mortandad a partir de los 45ºC. Pero el cuerpo humano tiene una enorme capacidad reguladora del cuerpo humano, y es muy difícil conseguir un calentamiento de los tejidos a estas temperaturas. Si se calienta un cuerpo humano por entero, la sudoración y otros fenómenos fisiológicos se encargarán de mantener la temperatura dentro de los limites tolerables. Si se calienta una zona concreta del cuerpo, el riego sanguíneo funciona como un refrigerante, extrayendo el calor de la zona afectada para distribuirlo sobre todo el cuerpo, que a su vez tiene la temperatura regulada por los procesos fisiológicos mencionados. Los límites de radiación recomendados por distintos organismos oficiales han sido establecidos teniendo en cuenta únicamente los efectos térmicos de las radiaciones electromagnéticas, que son los únicos que han sido demostrados con evidencia en la actualidad. Por debajo de los límites de radiación establecidos, los efectos térmicos de la radiación electromagnética son contrarrestados sobradamente por los mecanismos de regulación de la temperatura del cuerpo humano.
·
Polémica
Los
posibles efectos no térmicos de los campos electromagnéticos son los que
generan mayor desconfianza. A menudo se considera que dado que la telefonía
móvil tiene escasos años de existencia, los efectos médicos de los campos
electromagnéticos no han sido estudiados hasta hace poco tiempo. Han sido muy
numerosos los estudios científicos que se han llevado a cabo en busca de
efectos no térmicos de los campos electromagnéticos, pero ninguno de ellos ha
podido establecer una relación causa-efecto.
La polémica surgió en
1992 cuando David Reynard disparó la alarma al anunciar en la televisión
de Estados Unidos que el uso del teléfono móvil había causado el tumor cerebral
de su esposa. En 1995 la demanda interpuesta contra las compañías de telefonía
móvil fue desestimada por falta de evidencia, pero desde entonces, se han
realizado numerosos estudios a lo largo de todo el mundo, con la intención de
demostrar o refutar los efectos de los campos electromagnéticos sobre la salud
humana. Estos estudios han puesto un mayor énfasis en determinar la relación
entre el cáncer y la exposición a las radiaciones electromagnéticas. Hacer un
estudio epidemiológico completo no es una tarea sencilla, cuando lo que se
busca no es una relación causa-efecto directa.
Diversos estudios han cruzado datos correspondientes a cientos de miles
de personas y no se han encontrado ninguna causa de enfermedad que se
correlacione con la utilización del teléfono móvil o la residencia en las
proximidades de una estación base.
Mientras que el uso del teléfono portátil
es cada vez más abundante en el mundo, las preocupaciones por sus efectos sobre
salud son mas grandes. Los teléfonos celulares son accionados por la
electricidad, y por tanto, emiten los campos eléctricos y magnéticos (EMF. El
teléfono portátil EMF es una forma no-ionizante de radiación, lo que significa
que no tiene bastante energía para romper los átomos y las moléculas separados
y para darles vuelta en los iones, que son partículas eléctricamente-cargadas.
Los celulares emiten este tipo de radiación en dosis bajas y en los niveles
bajos.
Un científico afirmó recientemente que un
teléfono móvil puede alterar la permeabilidad cerebral en unos dos minutos
aproximadamente y los priones que provocan la enfermedad de las "vacas
locas" pueden entrar en el cerebro.
·
Kits manos
libres.
En abril de 2000, la Asociación de Consumidores del Reino Unido publicó
en su revista los resultados de un estudio que había encargado a la empresa ERA
Technology Ltd en el que analizaban diversos complementos de los teléfonos
móviles, entre ellos dos kits manos libres. El estudio determinó que los manos
libres podían llegar a triplicar la exposición a las radiaciones debido a que
este dispositivo actúa como un amplificador que conduce las radiaciones
directamente al cerebro.
La portavoz en el Reino Unido de Ericsson indicó que su empresa realiza "miles de
pruebas" a sus productos y han llegado a la conclusión de que los manos
libres "reducen de forma considerable" el nivel de radiaciones.
La Asociación de Consumidores como el DTI medían la intensidad
de los campos eléctricos enviada desde los teléfonos y los kits manos libres a
la cabeza utilizando un tipo diferente de prueba llamada test de la tasa de
absorción específica (SAR)lo que conlleva la diferencia de resultados. La
Asociación de Consumidores del Reino Unido realizó un segundo estudio empleando
para ello cinco teléfonos móviles y diez kits manos libres en diferentes
combinaciones. Los tests aplicados permitían reflejar la posición en la cual
las personas utilizan normalmente su teléfono móvil con kits manos libres: con
el auricular en el oído y el teléfono enganchado o sujeto a la altura de la
cintura. En esta segunda investigación, la Asociación de Consumidores encontró
que todos los kits manos libres tenían la capacidad de reducir el nivel de las
emisiones de radiofrecuencias. Sin embargo, al igual que en la ocasión
anterior, encontró que también podían incrementarlas entre un 50% y un 250%.
Para este nuevo estudio de la organización de consumidores
británica, encargado a la misma empresa que realizó el primero, se utilizó una
cabeza de maniquí con una sonda en su interior para medir el nivel de
radiofrecuencias. Primero se tomaron medidas de las emisiones con el teléfono
pegado al oído. Después se tomaron con el auricular de manos libres en el oído
y el teléfono a la altura de la cintura. A partir de esta posición, los
científicos desplazaron el teléfono arriba y abajo para variar la distancia
entre el extremo de la antena del teléfono y el auricular. Se encontró que la distancia determina la cantidad de radiación emitida
por el auricular. Las máximas emisiones tenían lugar cuando la distancia era de
un valor entre 40 y 47 centímetros y entre 58 y 75, dependiendo del kit testado.
Para distancias entre 47 y 58
centímetros las emisiones se reducían de forma que eran menores que los niveles
constatados en los teléfonos. Es decir, en muchas de las posiciones en las que
es probable que se utilice el manos libres el test aplicado detectó emisiones
más altas con la utilización de los kits que cuando se sostenía directamente el
teléfono contra la cabeza.
Otra diferencia fundamental era el sitio de medición de
radiaciones: unos dentro de una cabeza de maniquí a la altura del oído, mientras
que en otros, la sonda encargada de tomar las mediciones se desplazaba por el
interior de la cabeza de maniquí y recogía el área donde la lectura era más
alta. Con los kits, esto sucedía en el oído, pero con los teléfonos las medidas
más altas tenían lugar en la mandíbula y la mejilla, no ofreciendo
automáticamente la lectura de las emisiones de los teléfonos en el oído.
Se encontró una solución potencial después de algunos tests
preliminares para reducir los niveles de radiación al hablar por teléfono. Esta
solución consiste en la colocación de una pieza de ferrita, un compuesto
metálico/cerámico diseñado para absorber los campos electromagnéticos, en el
kit manos libres debajo de la oreja.
Resultados de un test de los diferentes
valores para distintos teléfonos móviles para valores mayores de 0,1 Microwatio/cm2 :
Telefono \distancias |
0,30 m |
1 m |
30 m |
90 m |
AEG |
9515 |
856,4 |
0,95 |
0,10 |
AT&T |
5110 |
459,9 |
0,51 |
0,05 |
Panasonic |
1693 |
152,4 |
0,17 |
0,02 |
Ascom
|
1544 |
138,9 |
0,15 |
0,02 |
Alcaltel |
1315 |
118,3 |
0,13 |
0,01 |
Bosch |
455 |
40,9 |
0,04 |
|
Hagenuk |
443 |
39,9 |
0,04 |
|
Telekom |
353 |
31,8 |
0,03 |
|
Nokia |
345 |
31,1 |
0,03 |
|