El aislamiento del sonido consiste en impedir su propagación por medio de obstáculos reflectores. Siempre que se trata de lograr un gran factor de reflexión hay que interponer en el camino del sonido un medio cuya impedancia Z sea lo más diferente posible a la del medio que conduce el sonido; por tanto, es lógico tratar por un lado el aislamiento del sonido en el aire u otro medio gaseoso (baja impedancia) y, por otro, el aislamiento en sólidos (alta impedancia).
El
sonido transmitido por el aire es lo que normalmente se llama ruido aéreo, y
así lo denominaremos en adelante.
Si colocamos una barrera entre dos locales para conseguir un aislamiento al
ruido aéreo, la transmisión del ruido de un local a otro se puede realizar por
distintos caminos; como se ve en la siguiente figura.
a) Por
vía directa 2, que se puede descomponer en dos causas principales.
- La porosidad a través de fisuras e intersticios.
- El
efecto de diafragma, es decir, flexión bajo el efecto de la presión sonora,
como en una membrana.
b) Por vías indirectas, como conductos 1 y paredes adyacentes 3.
Los lugares más comunes son los siguientes:
- A través de falsos techos y cámaras plenum abiertas en las paredes.
- A través de conductos pasantes de aire acondicionado.
- A través de ventanas.
- A través de unidades de climatización individuales(consolas de pared).
- A través de aberturas en la pared.
- A través de aberturas y rendijas en las puertas.
- A través de aberturas en la estructura del suelo.
- Cierres de paredes, techos y esquinas.
- Por el sellado inadecuado de los conductos.
- Por uniones entre bloques del material de las paredes.
- Por un sellado inadecuado entre las paredes laterales.
- Por un montaje inadecuado de las ventanas.
- Por aberturas mal selladas en las esquinas de unión del suelo.
Hay diversos índices normalizados para cuantificar el aislamiento al
ruido aéreo. Veamos los más usados:
-
Aislamiento acústico (D): Es la diferencia de niveles de presión acústica que
existe entre el nivel acústico del local donde
está la fuente (local emisor) y el del local donde se recibe el sonido (local
receptor).
Se calcula mediante la expresión:
D=L1-L2
dB—
Este valor puede corresponder a una sola frecuencia, a una banda de
frecuencia o al espectro total de frecuencias.
- Aislamiento acústico normalizado (Dn): Es la
diferencia de niveles de presión acústica entre el local emisor y el receptor;
pero teniendo en cuenta la influencia que, sobre el nivel, ejerce la
reverberación. En el local receptor, si existe una reverberación elevada, el valor
del nivel acústico L2 es mayor que el que cabría esperar debido al aislamiento
producido por la pared, con lo que el aislamiento acústico se reduce. Lo
contrario ocurrirá en el caso de elevada absorción: baja reverberación.
Para tener en cuenta esta incidencia, se efectúa una corrección de los
resultados considerando que una habitación con un amueblamiento
normal posee un tiempo de reverberación de 0,5 segundos, o, según otra
normativa, un área de absorción equivalente de 10 m2.
Por
tanto, el aislamiento acústico normalizado, para una frecuencia determinada
entre dos locales de una vivienda, se calcula mediante la expresión:
T: Tiempo de reverberación del local receptor
para la frecuencia considerada.
A: Área de absorción equivalente del local receptor para la frecuencia considerada.
-
Índice de debilitamiento acústico (R): Este
índice se utiliza generalmente para medidas en laboratorio (cámaras de
transmisión) y se define como:
siendo W1 y W2
las potencias acústicas incidentes sobre la muestra y transmitida por ella. En
el caso de campo acústico difuso, que es como se ensaya en el laboratorio, se
puede evaluar por la fórmula:
S:
Superficie de la muestra a ensayar (m2).
A:
Área de absorción equivalente de la sala de recepción (m2).
Se
entiende por pared simple la que no está formada por varias paredes
independientes, es decir, no es necesario que sea una pared homogénea (de un
solo material), sino que debe cumplir que los puntos situados sobre una misma
normal no modifiquen su distancia mutua cuando la pared realice vibraciones.
Para
obtener un buen aislamiento acústico, estas paredes se deben construir de
acuerdo con los siguientes puntos:
-
Suficientemente pesadas.
-
Débilmente rígidas.
- Estancias de aire.
Para
una pared simple, la ley de masa y frecuencia (Ley de Berger)
indica que el aislamiento acústico es mayor cuanto mayor sea su masa
superficial (masa por unidad de superficie), es decir, más pesadas, y también
es mayor para frecuencias altas.
La
expresión de esta ley es:
w:
Pulsación [w=2pf] (Hz).
m =
Masa superficial (kg/m2).
Z =
Impedancia acústica del aire (Rayls).
Esto, pasado a una gráfica normal o semilogarítmica, nos da el aislamiento acústico en función de la masa superficial, para una serie de frecuencias dadas.
Teóricamente,
esta ley nos dice que doblando la masa se consigue una mejora de 6 dB en el aislamiento.
Esta
ley es experimental, por tanto no es absoluta, sino aproximada, si bien se
utiliza mucho para dar una primera idea del comportamiento acústico de una
pared.
Considere una onda plana
incidiendo en una pared homogénea, masiva y no elástica. Bajo la influencia de
la presión de la onda sonora la pared se desplazará. Si consideramos que la
pared está conformada por una pila de pequeños ladrillos, el desplazamiento de
un ladrillo debido a la presión en un lado de la pared generará en el otro lado
una onda sonora que puede calcularse.
El índice de reducción puede
calcularse como función de la masa por unidad de área M, la frecuencia f y el
ángulo de incidencia q.
El problema con esta
fórmula es que, por lo general, no tenemos una sola onda incidiendo sobre la
pared sino un campo difuso, por lo cual se tiene que:
Obsérvese que al doblarse la
masa se duplica la reducción del sonido transmitido, e igual ocurre si se
duplica la frecuencia de la onda incidente, sin embargo estas son reglas
aproximadas. En la práctica se tienen incrementos entre 5 y 10 dB. Esta es la ley de la MASA
El factor de Reducción R hace que se divida el comportamiento acústico de una pared sólida homogénea en varios sectores como se muestra a continuación:
Curva del Índice de reducción de sonido
idealizada.
Como se puede observar en la
figura anterior solo en una región de la curva de índice de reducción ( la III
) se aplica la ley de la masa, para el resto deben considerarse otros factores.
En la región II se tiene el
efecto de la elasticidad de la pared, esto es, las diversas porciones de la
pared no se mueven independientemente como se asume en la derivación de la ley
de las masas. Un pared que tenga masa y elasticidad también posee frecuencia de
resonancia la cual se puede calcular como:
fres=frecuencias de resonancia.
E=módulo de Young del material.
r=densidad del material.
h=grosor de la pared.
x,y dimensiones de la pared
por ejemplo:
h=0.01 m
x=3 m
y=4 m
E=6.2x1010 N/m2 ( vidrio).
r=2.3 x 103 Kg/m3 ( vidrio)
para n=m=1; tendremos fres= 9.7 Hz.
En la región V ocurre un fenómeno llamado Efecto Coincidencia. Como se observó anteriormente la ley de las masas produce una buena predicción del comportamiento acústico de una pared en una zona del espectro limitada en las altas frecuencias por el efecto coincidencia. Este efecto se produce para aquellos ángulos de incidencia para los cuales se cumple que:
Como en la práctica las ondas inciden desde cualquier ángulo, esto define toda
una zona del efecto coincidencia para la cual la pared es prácticamente
transparente acústicamente.
Efecto coincidencia.
La frecuencia inferior para
la cual ocurre el efecto coincidencia se obtiene para una onda paralela con la
pared y depende, por supuesto, del tipo de material y del espesor del mismo.
Adicionalmente se
tiene que el ancho de la zona donde ocurre el efecto coincidencia también es
función del material tal como se observa en las siguientes gráficas:
Gráfico del efecto coincidencia.
Se tiene que las
características básicas para obtener el comportamiento de un material para
reducir la transmisión del sonido son: la densidad superficial, la altura del
escalón donde ocurre el efecto coincidencia y el ancho del mismo.
En esta tabla se tienen
algunos valores de estos parámetros para materiales típicos de construcción de
paredes.
Material |
Densidad superficial Kg/m2 por mm |
Altura del escalón dB |
Ancho (octavas) |
Aluminio |
2.8 |
29 |
3.7 |
Ladrillo |
2.2 |
37 |
3.3 |
Concreto |
2.4 |
38 |
3.3 |
Madera |
0.6 |
19 |
2.7 |
Vidrio |
2.8 |
27 |
3.3 |
Plomo |
11.8 |
56 |
2.3 |
Friso |
1.8 |
30 |
3 |
Acero |
8 |
40 |
3.7 |
Coeficientes para el efecto coincidencia
La frecuencia crítica
se puede calcular como:
M=masa (Kg/m3)
D=Densidad superficial por mm de espesor
h= espesor en mm.
R= índice de reducción
Aislamiento de paredes múltiples
En el punto anterior se ha determinado el valor real del aislamiento
acústico de una pared simple.
Si dicha pared de masa «m» la dividimos en dos hojas de masas m1 + m2 = m
y las separamos una distancia «d», el conjunto ofrece un aislamiento acústico
superior al de la pared simple de masa equivalente.
Este hecho representa un paso importante en el aligeramiento de las
soluciones constructivas para un mismo valor de aislamiento acústico. Además
este aligeramiento puede ser muy notable con la utilización de materiales
ligeros blandos a la flexión (es decir, de fc
elevada), como se verá más adelante.
El análisis del aislamiento, en este caso, nos lleva a la aparición de
frecuencias en el entorno de las cuales existe una fuerte reducción del
aislamiento. En este caso se trata de la «frecuencia natural del sistema» y de
las «frecuencias de cavidad», que dan lugar a zonas dominadas por diversos
factores de influencia.
1.- La frecuencia natural del
sistema (f0) se refiere a un conjunto de masas m1 y m2, unidas por un resorte
de rigidez K.
Este sistema de masa-muelle-masa, con la
capacidad de vibrar, posee una frecuencia de resonancia propia que viene
definida por la siguiente expresión:
m1 y
m2: Masas de los elementos (kg/m2).
El medio separador puede estar constituido por aire, un material determinado o un sistema mecánico. Si el medio lo constituye el aire, la frecuencia de resonancia viene dada por la expresión:
d: Espesor de la capa de aire
(cm).
m1 y m2: Masas superficiales
(kg/m2).
Esta frecuencia será tanto más baja cuanto mayores sean las masas y/o
mayor la distancia entre ellas. Para esta frecuencia, el aislamiento acústico
es muy bajo, prácticamente nulo; por tanto, se debe conseguir que esta
frecuencia sea lo más baja posible, ya que la sensibilidad del oído disminuye
al disminuir la frecuencia. Normalmente se busca que esta frecuencia esté por
debajo del campo de medida (100Hz).
Algunos estudios aconsejan que esta frecuencia sea menor de 75 Hz, y otros, más exigentes, recomiendan que sea menor de 60
Hz.
2.- La zona de
«dominio de la elasticidad» (f < f0), en que el comportamiento del sistema
es idéntico al de una sola hoja de masa mt = m1 + m2.
Precisamente para f = f0, el aislamiento es casi nulo.
3.- La zona de
«dominio de las masas» (f0 < f < f cavidad). Para frecuencias superiores
a la frecuencia de resonancia es donde realmente se aprecia la ventaja de la
doble pared, ya que para una masa equivalente a la pared simple la mejora del
aislamiento teórica alcanza los 18 dB al duplicar la
frecuencia, en vez de 6 dB.
El nivel de aislamiento obtenido en esta zona de
frecuencias a nivel teórico puede calcularse mediante la expresión siguiente:
m1 y m2: Masas de elementos (kg/m2).
d: Espesor de la capa de aire (m).
w:
Pulsación [w=2pf] (Hz).
Q -
Densidad del material de la pared (kg/m3).
c - Velocidad del sonido en el aire (m/seg).
Este valor queda reducido en torno a las zonas en que las masas m1 y m2,
tengan sus frecuencias críticas o de coincidencia, ya que en esas frecuencias
cada una de las hojas será muy transmisora del sonido.
La mejora del aislamiento se puede obtener con diversos procedimientos:
• Haciendo que ambas hojas, si son del mismo
material, no sean iguales de espesor, para evitar el efecto de acoplamiento en
una misma frecuencia crítica.
• Diseñando hojas de materiales diferentes,
especialmente que uno de ellos sea blando a la flexión (placas de yeso
laminado, chapa metálica...), para que al menos una de las hojas tenga una
frecuencia crítica muy elevada (> 3.000 Hz) donde
el aislamiento ya es tan importante que no presenta influencias negativas
apreciables.
• Este es el caso de los trasdosados sobre cerramientos o divisorios de obra, con placas de yeso
laminado.
• El límite ideal es la disposición de ambas
hojas con materiales blandos a la flexión. Este es el caso de la tabiquería de montaje en seco, con placas de yeso laminado.
• Los procedimientos anteriores se deben
complementar con un elemento absorbente interno en el interior de la cámara de
aire (p.e.: lana de vidrio).
El efecto de este elemento absorbente es conseguir un desacople de ambas hojas y una absorción de la energía acústica que se transmite de la hoja excitada por la vibración sonora, hacia la segunda.
4.- La zona de
«dominio de las resonancias de cavidad», gobernada exclusivamente por la
distancia «d». En esta zona el aislamiento baja fuertemente en el entorno de
cada:
lo que queda reflejado en la figura:
c: Velocidad del sonido (m/s).
n: Número entero (1, 2, 3...).
d: Espesor de capa de aire (m).
f: Frecuencia (Hz).
Para estas frecuencias, el sistema se comporta como una masa única mt =m1+m2, ya que ambas hojas se acoplan acústicamente, desapareciendo así el efecto aislante de la pared doble.
Sólo
existe una solución general al problema: la presencia de elementos absorbentes
en la cavidad (p.e.: lana de vidrio), amortiguará la
fuerte caída del aislamiento, por absorción de buena parte de la energía de
resonancia en la cavidad.
Es
importante tener en cuenta el acoplamiento rígido entre elementos. Las capas de
una pared múltiple no deben tener, a ser posible, ninguna unión rígida, ya que
ésta provoca un cortocircuito acústico (puente fónico), que reduce el efecto de
pared múltiple. En el caso límite, el aislamiento acústico sería el de una
pared simple de peso equivalente al peso total.
Si son
inevitables tales puentes, como, por ejemplo, en las sujeciones laterales de
las paredes, en los pasos inevitables de tuberías, etc., éstos deben ser
relativamente blandos y ligeros para paredes pesadas, y pesados para paredes
ligeras.
Para una pared doble:
Básicamente una pared
doble consiste en dos paredes simples separadas por un material elástico o por
aire.
El comportamiento de la
reducción de la transmisión sonora dependerá de los siguientes factores:
1.-Comportamiento acústico de cada pared.
2.-El acoplamiento entre las paredes debido al medio elástico.
3.-La absorción acústica del medio elástico.
A partir de la figura se tiene que:
- En la
Región I:
Para frecuencias menores que fr las
paredes se comportan como una sola con espesor igual a la suma de los espesores
individuales. Esto se debe a que, para esas longitudes de onda el acoplamiento
de las paredes es, prácticamente rígido. El modelo equivalente para esta región
es:
por
ello en esta zona se cumple aproximadamente la ley de la masa con M=m1+m2.
- En la
región II:
Para estas frecuencias se tiene un acople elástico entre las paredes gracias al aire que se encuentra entre ellas, por lo cual tenemos un modelo del tipo:
Se observa que en este caso la pendiente de la
atenuación es de 18 dB/oct.
La frecuencia de resonancia fr
cumple con la siguiente ecuación:
Ed: Elasticidad del material entre las paredes
Ed =0.14.10-6 N/m2 para el aire
Ed =118 .10-3 N/m2 para lana mineral
En la región III:
Las longitudes de onda de las frecuencias de esta región comienzan a ser del orden de la separación de las paredes, debido a lo cual se comportan como dos paredes simples desacopladas por lo que el efecto de reducción en la transmisión es de 12 dB/oct., igual a la suma de los efectos de cada pared. La frecuencia a la cual comienza el fenómeno es aquella cuya media longitud de onda coincide con la distancia entre las paredes:
En el
sonido transmitido por cuerpos sólidos, fundamentalmente se habla de sonido de
impactos, que se propaga por la estructura del edificio y llega al oído
mediante ondas aéreas.
Otro tipo de transmisión es el de las vibraciones, que se propaga y se transmite por la estructura.
Para
la medida del aislamiento a ruido de impactos se utilizan fundamentalmente dos
índices:
-
Nivel de ruido de impactos normalizado (LN): es el más utilizado. Se define
como el nivel acústico normalizado de la sala de recepción. Se calcula mediante
la expresión:
Para excitar el suelo en la sala de emisión se utiliza un martinete normalizado que lleva una serie de martillos que golpean el suelo alternativamente con una energía determinada y a una cierta frecuencia.
-
Disminución del ruido de pisada (L): que se define como la diferencia de los
niveles sonoros normalizados (usando martinete normalizado) de la pisada de un
suelo, antes (L0) y después (LT) de realizar una mejora; por ejemplo, la instalación
de un pavimento flotante, la colocación de una simple moqueta, etc.
Se
calcula mediante la expresión:
Como
caso más importante, vamos a estudiar los ruidos producidos en los suelos
(pasos, golpes, etcétera).
Para evitar la propagación de estos ruidos de choque e impedir, así, su recepción por vía aérea en otros recintos distintos del de emisión, se debe realizar un «corte elástico» entre el revestimiento del suelo y el forjado. Actualmente, la mejor solución es realizar un suelo flotante sobre mantas o paneles elásticos de fibras minerales. Tal conjunto tiene que estar «totalmente» desolidarizado de las paredes verticales y de los forjados. Veamos unas normas elementales para la realización práctica de los suelos flotantes:
- La
superficie del forjado debe encontrarse seca y lisa, y los tabiques construidos
o, al menos, levantados hasta una altura de dos hileras.
- Los paneles de lanas minerales se colocan a tope, o, si es en dos capas, a cubrejuntas.
- Se
protegen con un cartón bituminoso o una lámina de polietileno.
Algunos ejemplos
son los siguientes:
Para
aislar las vibraciones, se trata bien de impedir que las vibraciones se transmitan
al suelo o a otros grupos unidos al mismo (aislamiento activo) o bien de que
las vibraciones del suelo no se transmitan a un aparato sensible (aislamiento
pasivo).
El
aislamiento de vibraciones, como el caso de los ruidos de impacto, requiere la
presencia de elementos blandos que reduzcan la transmisión, como son muelles de
acero, lana de vidrio, materiales elásticos...
En
principio, una máquina aislada siempre es un sistema muelle-masa,
en el que la masa está constituida por la misma máquina y, eventualmente, por
una placa de basamento unida rígidamente a ella, y la suspensión por el
material aislante colocado bajo ella.
El
sistema masa-muelle tiene una frecuencia natural de
vibración condicionada a la masa del equipo y al módulo de elasticidad dinámica
del elemento que actúa de aislante.
Para
esa frecuencia, no existe aislamiento, pero a medida que la frecuencia excitatriz de la masa aumenta, se reduce la transmisión de
manera importante. Para frecuencias mayores tres o más veces que la frecuencia
natural del sistema, la transmisión disminuye al 10%-15% de la original.
Este
problema tiene una importancia relevante para el aislamiento de máquinas e
instalaciones.