PARÁMETROS IMPORTANTES

 

        Ecos

El fenómeno más sencillo que tiene lugar en un ambiente con superficies reflectoras del sonido es el eco, consistente en una única reflexión que retorna al punto donde se encuentra la fuente unos 100 ms (o más) después de emitido el sonido. Se produce después de un tiempo t relacionado con la distancia d a la superficie más próxima por la  expresión

 


       - c es la velocidad del sonido, es decir 345 m/s.

 - El factor 2 se debe a que el sonido recorre de ida y de vuelta la distancia entre la fuente sonora y la superficie.

De esta fórmula se deduce que para tener un eco la superficie más próxima debe estar a unos 17m.

Cuando hay dos paredes paralelas algo distantes se puede producir un eco repetitivo.

 

        Reflexiones tempranas


      Cuando la fuente sonora está rodeada por varias superficies (piso, paredes, techo) un oyente recibirá el sonido directo, y además el sonido reflejado en cada pared. Las primeras reflexiones recibidas, que se encuentran bastante separadas en el tiempo, se denominan reflexiones tempranas. Esta situación se ilustra en la siguiente figura:

 

 

 

 

-   En línea de puntos, el sonido directo.

- En líneas llenas, algunas de las primeras reflexiones o reflexiones tempranas.

En salas no demasiado grandes, las primeras reflexiones están bastante cerca en el tiempo unas de otras, de manera que no se llegan a percibir como eco.

 

        Ambiencia

La distribución en el tiempo de las reflexiones tempranas crea la sensación de ambiencia, es decir la sensación que permite al oyente identificar auditivamente el espacio en el que se encuentra. Las personas no videntes desarrollan una especial habilidad para interpretar la información espacial contenida en la ambiencia.

Arquitectónicamente, el control de la ambiencia se puede lograr mediante un cuidadoso diseño que involucra trazar, sobre un plano de la sala, “rayos” acústicos similares a los de La figura anterior, medir cuidadosamente sus recorridos, y de allí determinar los tiempos de llegada de las correspondientes reflexiones. Hoy en día este trabajo se realiza con el auxilio de computadoras digitales y programas adecuados.

 

        Absorción sonora

Las superficies de un recinto reflejan sólo parcialmente el sonido que incide sobre ellas; el resto es absorbido. Según el tipo de material o recubrimiento de una pared, ésta podrá absorber más o menos el sonido, lo cual lleva a definir el coeficiente de absorción sonora, abreviado con la letra griega a (alfa), como el cociente entre la energía absorbida y la energía incidente: 

 

 

El coeficiente de absorción tiene una gran importancia para el comportamiento acústico de un ambiente, y por esa razón se han medido y tabulado los coeficientes de absorción para varios materiales y objetos. En general, los materiales duros, como el hormigón o el mármol, son muy reflectores y por lo tanto poco absorbentes del sonido, y en cambio los materiales blandos y porosos, como la lana de vidrio, son poco reflectores y por consiguiente muy absorbentes.

En la siguiente tabla se dan los valores de a  para varios materiales típicos de construcción, objetos y personas (ya que las personas también absorben el sonido). Se proporcionan para varias frecuencias, ya que a depende bastante de la frecuencia. En general la absorción aumenta con la frecuencia, debido a que para frecuencias altas la longitud de onda es pequeña y entonces las irregularidades de la superficie o el propio espesor del material son más comparables con la longitud de onda. En algunos casos, sin embargo, algún fenómeno de resonancia entre el material y la pared puede mejorar la absorción en bajas frecuencias.

 

MATERIAL

COEFICENTE DE ABSORCIÓN

ALFA  A LA FRECUENCIA

 

125

250

500

1000

2000

4000

Hormigón sin pintar

0,01

0,01

0,02

0,02

0,02

0,04

Hormigón pintado

0,01

0,01

0,01

0,02

0,02

0,02

Ladrillo visto sin pintar

0,02

0,02

0,03

0,04

0,05

0,05

Ladrillo visto pintado

0,01

0,01

0,02

0,02

0,02

0,02

Revoque de cal y arena

0,04

0,05

0,06

0,08

0,04

0,06

Placa de yeso (Durlock) 12 mm a 10 cm

0,29

0,1

0,05

0,04

0,07

0,09

Yeso sobre metal desplegado

0,04

0,04

0,04

0,06

0,06

0,03

Mármol o azulejo

0,01

0,01

0,01

0,01

0,02

0,02

Madera en paneles (a 5 cm de la pared)

0,3

0,25

0,2

0,17

0,15

0,1

Madera aglomerada en panel

0,47

0,52

0,5

0,55

0,58

0,63

Parquet

0,04

0,04

0,07

0,06

0,06

0,07

Parquet sobre asfalto

0,05

0,03

0,06

0,09

0,1

0,22

Parquet sobre listones

0,2

0,15

0,12

0,1

0,1

0,07

Alfombra de goma 0,5 cm

0,04

0,04

0,08

0,12

0,03

0,1

Alfombra de lana 1,2 kg/m 2

0,1

0,16

0,11

0,3

0,5

0,47

Alfombra de lana 2,3 kg/m 2

0,17

0,18

0,21

0,5

0,63

0,83

Cortina 338 g/m 2

0,03

0,04

0,11

0,17

0,24

0,35

Cortina 475 g/m 2 fruncida al 50%

0,07

0,31

0,49

0,75

0,7

0,6

Espuma de poliuretano (Fonac) 35 mm

0,11

0,14

0,36

0,82

0,9

0,97

Espuma de poliuretano (Fonac) 50 mm

0,15

0,25

0,5

0,94

0,92

0,99

Espuma de poliuretano (Fonac) 75 mm

0,17

0,44

0,99

1,03

1

1,03

Espuma de poliuretano (Sonex) 35 mm

0,06

0,2

0,45

0,71

0,95

0,89

Espuma de poliuretano (Sonex) 50 mm

0,07

0,32

0,72

0,88

0,97

1,01

Espuma de poliuretano (Sonex) 75 mm

0,13

0,53

0,9

1,07

1,07

1

Lana de vidrio (fieltro 14 kg/m 3 ) 25 mm

0,15

0,25

0,4

0,5

0,65

0,7

Lana de vidrio (fieltro 14 kg/m 3 ) 50 mm

0,25

0,45

0,7

0,8

0,85

0,85

Lana de vidrio (panel 35 kg/m 3 ) 25 mm

0,2

0,4

0,8

0,9

1

1

Lana de vidrio (panel 35 kg/m 3 ) 50 mm

0,3

0,75

1

1

1

1

Ventana abierta

1

1

1

1

1

1

Vidrio

0,03

0,02

0,02

0,01

0,07

0,04

Panel cielorraso Spanacustic (Manville) 19 mm

-

0,80

0,71

0,86

0,68

-

Panel cielorraso Acustidom (Manville) 4 mm

-

0,72

0,61

0,68

0,79

-

Panel cielorraso Prismatic (Manville) 4 mm

-

0,7

0,61

0,7

0,78

-

Panel cielorraso Profil (Manville) 4 mm

-

0,72

0,62

0,69

0,78

-

Panel cielorraso fisurado Auratone (USG) 5 /8”

0,34

0,36

0,71

0,85

0,68

0,64

Panel cielorraso fisurado Cortega (AWI) 5 /8”

0,31

0,32

0,51

0,72

0,74

0,77

Asiento de madera (0,8 m 2 /asiento)

0,01

0,02

0,03

0,04

0,06

0,08

Asiento tapizado grueso (0,8 m 2 /asiento)

0,44

0,44

0,44

0,44

0,44

0,44

Personas en asiento de madera (0,8 m 2 /persona)

0,34

0,39

0,44

0,54

0,56

0,56

Personas en asiento tapizado (0,8 m 2 /persona)

0,53

0,51

0,51

0,56

0,56

0,59

Personas de pie (0,8 m 2 /persona)

0,25

0,44

0,59

0,56

0,62

0,5

 

        Tiempo de reverberación

Después del periodo de las reflexiones tempranas, comienzan a aparecer las reflexiones de las reflexiones, y las reflexiones de las reflexiones de las reflexiones, y así sucesivamente, dando origen a una situación muy compleja en la cual las reflexiones se densifican cada vez más. Esta permanencia del sonido aún después de interrumpida la fuente se denomina reverberación.

Ahora bien; en cada reflexión, una parte del sonido es absorbido por la superficie, y otra parte es reflejada. La parte absorbida puede transformarse en minúsculas cantidades de calor, o propagarse a otra habitación vecina, o ambas cosas. La parte reflejada mantiene su carácter de sonido, y viajará dentro del recinto hasta encontrarse con otra superficie, en la cual nuevamente una parte se absorberá y otra parte se reflejará. El proceso continúa así hasta que la mayor parte del sonido sea absorbido, y el sonido reflejado sea ya demasiado débil para ser audible, es decir, se extinga.

Para medir cuánto demora este proceso de extinción del sonido se introduce el concepto de tiempo de reverberación, T, técnicamente definido como el tiempo que demora el sonido en bajar 60 dB por debajo de su nivel inicial (se ha elegido 60 Db porque con esa caída se tiene la sensación de que el sonido se ha extinguido completamente).

En algunas publicaciones se suele representar también este valor con el símbolo RT60, formado por la sigla en inglés de reverberation time (tiempo de reverberación), seguida por la referencia a los 60 dB. Otra abreviatura es T60.

Como ejemplo, si al interrumpir un sonido de 90 dB éste se reduce a 30 dB en 3 s, entonces será T = 3 s. Salvo para sonidos inicialmente muy intensos, antes de caer 60 dB el sonido se vuelve inaudible por quedar enmascarado por el ruido de fondo o ruido ambiente.

El tiempo de reverberación depende de cuán absorbentes sean las superficies de la sala. Así, si las paredes son muy reflectoras (es decir que reflejan la mayor parte del sonido que llega a ellas), se necesitarán muchas reflexiones para que se extinga el sonido, y entonces T será grande. Si, en cambio, son muy absorbentes, en cada reflexión se absorberá una proporción muy alta del sonido, por lo tanto en unas pocas reflexiones el sonido será prácticamente inaudible, por lo cual T será pequeño. Dado que los materiales duros, como el hormigón o los azulejos, son poco absorbentes del sonido, un ambiente con paredes de este tipo tendrá un tiempo de reverberación largo. Una sala cubierta con materiales absorbentes como cortinados, alfombras, etc., por el contrario, tendrá un tiempo de reverberación corto.

 

La propiedad anterior se puede expresar por medio de una fórmula, denominada fórmula de Sabine, en honor al físico norteamericano que la obtuvo a principios de este siglo. Según dicha fórmula el tiempo de reverberación T puede calcularse como:

 

 

-         V es el volumen de la habitación en m3  

-         S es el área de su superficie interior total en m2  

-         a es el coeficiente de absorción sonora, ya definido como la fracción de la energía sonora incidente que es absorbida por las superficies de la habitación.

Como ejemplo, supongamos una sala rectangular de 4 m de ancho, por 6 m de largo, por 3 m de alto. Entonces

    S = 4 ´ 3 + 4 ´ 3 + 6 ´ 3 + 6 ´ 3 + 4 ´ 6 + 4 ´ 6 = 108 m2

    V = 4 ´ 3 ´ 6 = 72 m3

Si a = 0,1 (las superficies absorben el 10% de la energía sonora incidente), resulta

 

 

Dado que, según vimos, los coeficientes de absorción a dependen de la frecuencia, resulta también que el tiempo de reverberación depende de la frecuencia.

En general, los recintos están formados por diversos materiales, cuyos coeficientes de absorción no tienen por qué ser iguales. Si una sala tiene una parte S1 de su superficie con coeficiente a1, otra parte S2 con coeficiente a2, ... y por último una parte Sn con coeficiente an, entonces

 

 

Por ejemplo, si en el caso anterior las paredes tienen a=0,1, en tanto que el techo tiene un cielorraso acústico con a=0,6 y el piso a =0,15, resulta

 


Vemos cómo el uso del cielorraso acústico redujo considerablemente el tiempo de reverberación.

 

        Tiempo de reverberación óptimo

Varias investigaciones realizadas evaluando las acústicas de las mejores salas del mundo (según la opinión de las audiencias o usuarios y de expertos) han revelado que para cada finalidad existe un tiempo de reverberación óptimo, que aumenta al aumentar el volumen en m3 de la sala.

En general, se observa que la palabra requiere menores tiempos de reverberación que la música, debido a que la parte más significativa de la palabra son las consonantes, que son a la vez débiles y más cortas que las vocales. En consecuencia, con un tiempo de reverberación alto las vocales se prolongan demasiado, enmascarando a las consonantes que les siguen, lo que reduce la inteligibilidad de la palabra. La música, por el contrario, se beneficia con un tiempo de reverberación considerable, ya que éste permite empalmar mejor los sonidos y disimular pequeñas imperfecciones de ejecución, a la vez que aporta una espacialidad que es deseable en la música.

Como ejemplo de aplicación, supongamos un pequeño teatro de 10 m de ancho por 12 m de fondo por 6 m de altura, que va a ser utilizado para obras de teatro. El volumen de la sala será

V = 10 *12 * 6 = 720 m 3

Con este volumen un tiempo de reverberación óptimo para una sala es del orden de 0,45s.

De la fórmula del tiempo de reverberación es posible calcular el valor de a necesario para obtener este tiempo óptimo:

a = 0,161*V/ T*S

            Teniendo en cuenta que

S = 12*10 + 12*10 + 12* 6 + 12*6 + 10* 6 + 10* 6 = 504 m 2 ,

resulta

a = 0, 161*720 / 0,45*504=0,51

Este valor es bastante elevado, lo cual significa que el tratamiento acústico resultará costoso, situación bastante común en la arquitectura acústica. El tratamiento acústico suele ser casi tan costoso como la construcción del edificio.

 

        Resonancia

En las salas pequeñas, aparece un tercer elemento que incide en la calidad acústica, que son las resonancias o modos normales de vibración. Esto sucede como consecuencia de las reflexiones sucesivas en paredes opuestas. Si en una habitación se genera una onda sonora que viaja perpendicularmente a dos paredes enfrentadas, al reflejarse en una de ellas lo hará también perpendicularmente, de modo que volverá sobre sí misma y posteriormente se reflejará en la pared opuesta. Así, se generará lo que se denomina una onda estacionaria, es decir una onda que va y vuelve una y otra vez entre las dos paredes. Esta onda es, de hecho, una onda sonora que se escuchará precisamente como un sonido. Si la distancia entre las dos paredes es L, la longitud de tal onda es L, y por consiguiente deberá cumplirse (según lo visto en la sección 1.1) que  2L=c/f donde c es la velocidad del sonido (345 m/s) y f la frecuencia del sonido resultante. De aquí se puede obtener la frecuencia, que resulta ser 

 

 

Como ejemplo, supongamos que las paredes distan unos 3 m entre sí. Entonces

f=345/2*3= 57,5 Hz

que corresponde al si bemol casi 3 octavas por debajo del la central (LA 440 Hz).

Esta es sólo una de las muchas frecuencias de resonancia que puede tener esta sala.

Otras corresponden a los armónicos de esa nota (es decir los múltiplos de 57,5 Hz, como 115 Hz, 172,5 Hz, etc.).

¿Qué consecuencias tiene esto para las condiciones acústicas del recinto? Las resonancias se ponen de manifiesto cuando aparece un sonido de igual o similar frecuencia.

Por ejemplo, si un bajo ejecuta esta nota, la acústica de la habitación parecerá amplificar dicho sonido, en desmedro de los otros sonidos. A esto se agrega que para las frecuencias de resonancia el tiempo de reverberación es mucho más prolongado, por lo cual dicha nota se prolongará más que las otras. Esto se considera un defecto acústico importante. Entre las posibles soluciones, están:

a)          evitar las superficies paralelas, que favorecen las resonancias

b)          agregar absorción acústica que reduzca el tiempo de reverberación

c)       ecualizar el sistema de sonido de modo de atenuar las frecuencias próximas a la resonancia o resaltar las otras frecuencias.

Las resonancias rellenan el espectro musical, lo cual favorece el canto solista, es decir las melodías sencillas y no demasiado rápidas. Por ese motivo resulta agradable cantar en el baño (especialmente para la voz masculina). Es un ambiente pequeño, y por lo tanto con resonancias notorias. Sin embargo, desde el punto de vista de la escucha de la música, no resulta tan agradable, porque distorsiona lo que se quiere escuchar.

Otra consecuencia de las resonancias es que la difusión del sonido no es satisfactoria, es decir que la distribución espacial del mismo no es uniforme: en algunos puntos el nivel sonoro es mucho mayor que en otros, siendo la diferencia mayor que la atribuible al campo directo.

A medida que crece el tamaño de una habitación, las resonancias tienden a estar cada vez más próximas entre sí, y se transforman en reverberación, mejorando también la difusión. Lo mismo sucede cuando la forma de la sala es irregular.

En el diseño de pequeñas salas o estudios de grabación o ensayo es primordial prestar atención a los problemas de difusión y de resonancias. Las siguientes son algunas recomendaciones:

1)      Evitar las simetrías. Si la habitación tiene forma rectangular, las aristas deberían ser todas de diferente longitud (la forma cúbica de algunas habitaciones es particularmente deficiente desde el punto de vista acústico). Algunas proporciones satisfactorias son

1 : 1,14 : 1,39, 1 : 1,28 : 1,54 y 1 : 1,6 : 2,23.   

2)      Si es posible, evitar los paralelismos. Esto puede lograrse inclinando una o dos paredes, e inclusive el cielorraso.

3)      En casos severos, recubrir con material absorbente una de cada par de paredes paralelas, o mejor aún (aunque es una solución más costosa), colocar algunas baldosas difusoras disponibles comercialmente (por ejemplo las RPG).